domingo, 13 de enero de 2013

El Shakespeare más festivo



Shakespeare de nuevo en el Rojas toledano en versión (con muchas libertades)  de Yolanda Pallín y con la dirección de  Eduardo Vasco. Noche de reyes es una obra clásica actualizada con una concepción fresca y genial, que hace del de teatro una fiesta y ofrece al público ingredientes suficientes para que quede verdaderamente satisfecho del ágape escénico.

 A esa perfecta actualización de la comedia shakespeariana contribuyen la excelencia de la interpretación de los actores y actrices de la compañía Noviembre (a muchos de los cuales los hemos aplaudido tantas veces en la Compañía Nacional de Teatro Clásico), la estética escenografía de Carolina González, la medida iluminación de Miguel Ángel Camacho, la presencia de la música y la espectacularidad del vestuario obra del diseñador Lorenzo Caprile.
 Noche de reyes, título que traduce muy libremente el original Twelfh Night or What You Will (La duodécima noche lo que queráis) es una comedia con enredo, equívocos, intriga y amores en una atmósfera alegre y satírica, que pone en solfa el mundo de los poderosos, la ambición, el valor del amor y también del dinero. La locura y la cordura, lo apolíneo y lo dionisíaco. Esta obra supone una deliciosa recapitulación de la materia cómica de Shakespeare y contiene algunas de las escenas más brillantes del dramaturgo, especialmente aquellas en las que lo cómico y lo sentimental se mezclan con exquisito gusto y equilibrio y, después de haber insinuado la tragedia (amor imposible de Olivia por Viola-Cesario), cae en plena farsa (burla a Malvolio).  Excelente es el juego que imagina Eduardo Vasco en la escena entre Viola y Orsino, en la que nos muestra la pasión tímida y ardiente, que se exalta en un sueño imposible. En conjunto, sobre todo la parte final de la comedia, nos recuerda las mejores farsas de Molière. Un acierto son, así mismo, las escenas más cómicas que giran en torno a los personajes don Andrés Carapálida (José Ramón Iglesias) y don Tobías (Fernando Sendino), quienes logran la frecuente sonrisa del público cuando no la carcajada por su muy lograda actuación y complicidad. Si dejamos la acción aparte, lo especialmente significativo de esta comedia es la creación extraordinariamente perfilada de los personajes: tipos fijos, animados por la maestría shakespeariana y reafirmados por la no menor maestría de Vasco, son el duque Orsino (Daniel Albadalejo), enamorado del amor, lánguido y zalamero, el clásico “dolido”; la condesa Olivia (Rebeca Hernando), también una sentimental, que toma actitudes de hermana inconsolable y cede ante el primer estremecimiento de simpatía, o la dama de compañía, María (Maya Reyes), llena de ingenio, y Malvolio (Héctor Caballero) quienes completan unos pasajes cómicos bellamente trabados. Figura central es Feste, el bufón que se burla de todo, incluso del luto de la condesa Olivia; este personaje, magistralmente interpretado por un actor tan versátil como Arturo Querejeta, que canta, baila y habla con ingenio, sirve de hilo conductor y lleva al espectador, cual “cicerone” a realizar un recorrido por diferentes realidades sociales y ambientes, desde el cortesano del duque de Orsino y la condesa Olivia al de la soldadesca. Pero, sin duda, la gran creación de esta obra es Viola, la mujer que se envuelve en el traje viril, pero que en la que se intuyen siempre sus emociones y afectos, cuyo papel lo borda Beatriz Argüello.
Arturo Querejeta

Eduardo Vasco

 Enredo y alegría, crítica y desenfado, afectos y pasiones, comicidad… son elementos que hacen del espectáculo un divertimento que proporciona un verdadero disfrute por su ingenio, sutileza y gracia. Eduardo Vasco ha demostrado una vez más algo a lo que ya nos tenía acostumbrados en la CNTC, que es un maestro del conocimiento teatral, solvente en la dirección de actores y capaz para el atrevimiento y la actualización de clásicos con arte como esta Noche de reyes que hemos disfrutado en el teatro de Rojas de Toledo.

Título: Noche de Reyes. Autor: W. Shakespeare. Versión: Yolanda Pallín. Dirección: Eduardo Vasco. Intérpretes: Arturo QuerejetaDaniel AlbadalejoJesús Calvo, Francisco Carril, Beatriz Argüello, Fernando Sendino, Maya Reyes, José Ramón Iglesias, Rebeca Hernando, Héctor Carballo y   Ángel Galán. Iluminación: Miguel Ángel Camacho. Vestuario: Lorenzo Caprile. Composición y adaptación musical: Ángel Galán Eduardo Vasco.

sábado, 5 de enero de 2013

¡FELIZ 2013!


¡Feliz 2013! La realidad y el deseo. Miro al futuro. Es preciso sentir el deseo de mejorar. Nos han metido el pánico en el cuerpo social y en el vital y así no hay manera de ganar confianza. La realidad nos la pintaron para que sus colores nos cegaran, mientras la economía la iban royendo poco a poco como ratones, como hienas, como buitres, como avarientos insaciables. Pero no es posible permanecer amarrados a los miedos con los que la realidad nos ha vestido. Tenemos que quitarnos los harapos y desear; tras la voluntad y el deseo vendrá la acción. Nuestros miedos nos alejan de todo (de los otros, de la solidaridad, de la cooperación, del descubrimiento, de las emociones, de la voluntad...) y este círculo vicioso los transforma en pánico. No es fácil la alegría en estos tiempos, pero peor es que los embaucadores insaciables, los vampiros que se alimentan de sangre humana, nos destruyan la salud, la educación, el trabajo, los derechos, la vida…Tenemos que hacer un esfuerzo de autoestima personal y social y cantar con Benedetti: “Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserable de las ausencias transitorias y las definitivas defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolia de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardiacos de las endemias y las academias defender la alegría como un destino defenderla del fuego y de los bomberos de los suicidas y los homicidas de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres defender la alegría como una certeza defenderla del óxido y la roña de la famosa pátina del tiempo del relente y del oportunismo de los proxenetas de la risa defender la alegría como un derecho defenderla de dios y del invierno de las mayúsculas y de la muerte de los apellidos y las lástimas del azar y también de la alegría”.
¡Próspero 2013! Si deseamos que sea próspero y creemos en nosotros mismos y en la nueva realidad que hay que crear de la semilla fecunda que somos en los surcos de la tierra. No creemos en quien nos estafa. Creemos en las personas, la que de verdad cuentan. “No es el crítico quien cuenta, ni el que señala con el dedo al hombre fuerte en el momento que tropieza, o el que indica en qué cuestiones el que hace las cosas hubiera podido hacerlas mejor. El mérito recae exclusivamente en el hombre que se halla en la arena, aquel cuyo rostro está manchado de polvo, sudor y sangre, el que lucha con valentía, el que se equivoca y  falla el golpe una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error y sin limitaciones. El que cuenta es el que de hecho lucha por llevar a cabo las acciones, el que conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones, el que agota sus fuerzas en defensa de una causa noble, el que, si tiene suerte, saborea el triunfo de los grandes logros, y si no la tiene y falla, fracasa al menos habiéndose atrevido al mayor riesgo, de modo que nunca ocupará el lugar reservado a esas almas frías y tímidas que ignoran tanto la victoria como la derrota”.
Nos tragaremos muchos sapos, pero vamos a desear que la realidad mejore, porque tras el deseo viene la acción. 
¡Feliz año Nuevo! ¡Feliz 2013!